Coulant de chocolate blanco receta: un postre irresistible

El coulant de chocolate blanco es un postre que ha ganado popularidad en los últimos años, gracias a su textura suave y su explosión de sabor. Este delicioso manjar combina la dulzura del chocolate blanco con una cremosidad que deleita a cualquier amante de los postres. Si estás buscando una opción para sorprender a tus invitados o simplemente darte un capricho, esta receta es perfecta para ti. A lo largo de este artículo, te guiaré paso a paso en la preparación de este irresistible postre, asegurándome de que cada detalle esté cubierto.
La magia del coulant de chocolate blanco radica en su interior líquido, que se derrama al cortarlo. Este efecto se logra con una cocción precisa, lo que lo convierte en un postre que, aunque sencillo, requiere un poco de atención. Imagina servirlo caliente, con un sirope de chocolate o una bola de helado que se derrite lentamente sobre él. ¡Es una experiencia que no querrás perderte!
Ingredientes necesarios
Para preparar un delicioso coulant de chocolate blanco, necesitarás reunir algunos ingredientes básicos que probablemente ya tienes en tu cocina. Aquí te dejo la lista:
- 100 gramos de chocolate blanco
- 2 huevos
- 50 gramos de azúcar
- 30 gramos de harina
- Mantequilla (para engrasar los moldes)
- Opcional: trozos de chocolate blanco o negro para el interior
Cada uno de estos ingredientes juega un papel crucial en la creación de la textura y el sabor del postre. El chocolate blanco es el protagonista, brindando esa dulzura característica. Los huevos son esenciales para la estructura, mientras que la harina ayuda a unir todos los componentes. Si decides añadir trozos de chocolate en el interior, el contraste de sabores será aún más delicioso.
Preparación de la mezcla

Una vez que tengas todos los ingredientes listos, es hora de comenzar con la preparación. Primero, derrite el chocolate blanco a baño maría o en el microondas. Si eliges el microondas, asegúrate de hacerlo en intervalos cortos y removiendo cada vez para evitar que se queme. La idea es que el chocolate quede completamente derretido y suave.
En un bol aparte, bate los huevos junto con el azúcar hasta que la mezcla se vuelva espumosa y de un color más claro. Este paso es fundamental, ya que incorpora aire a la mezcla, lo que ayudará a que el coulant de chocolate blanco tenga una textura ligera. Una vez que los huevos y el azúcar estén bien mezclados, añade el chocolate blanco derretido y mezcla suavemente.
A continuación, incorpora la harina tamizada. Es importante hacerlo con movimientos envolventes para evitar que la mezcla pierda aire. Si decides añadir trozos de chocolate, este es el momento perfecto para hacerlo. Simplemente mezcla con cuidado para que queden distribuidos de manera uniforme en la masa.
Preparación de los moldes
La elección de los moldes es crucial para el éxito de tu coulant de chocolate blanco. Puedes usar moldes individuales de silicona o moldes desechables, que son ideales para este tipo de postre. Antes de verter la mezcla, asegúrate de engrasar bien los moldes con mantequilla. Esto evitará que el postre se pegue y facilitará el desmoldado.
Una vez que los moldes estén listos, llena cada uno con la mezcla hasta aproximadamente tres cuartas partes de su capacidad. Recuerda que durante la cocción, el coulant de chocolate blanco se expandirá, así que no los llenes demasiado. Si has decidido añadir trozos de chocolate en el interior, asegúrate de que queden bien distribuidos.
Congelación y horneado
Una de las claves para conseguir el efecto líquido en el centro del coulant de chocolate blanco es la congelación. Una vez que hayas llenado los moldes, colócalos en el congelador durante al menos una hora. Este paso es fundamental, ya que ayuda a que el centro se mantenga líquido mientras que el exterior se cocina.
Pasado el tiempo de congelación, precalienta el horno a 180 ºC. Una vez caliente, coloca los moldes en la bandeja y hornea durante 12 a 15 minutos. Es importante no sobrecocinar el coulant, ya que perdería su característica textura líquida en el centro. La parte exterior debe estar dorada, mientras que el interior debe permanecer suave y cremoso.
Presentación y acompañamiento
Una vez que los coulants de chocolate blanco estén listos, retíralos del horno y déjalos reposar durante un par de minutos. Esto facilitará el desmoldado. Con cuidado, invierte el molde sobre un plato y golpea suavemente para que el postre se deslice. La presentación es clave, así que no dudes en añadir un toque especial.
Puedes acompañar el coulant de chocolate blanco con un sirope de chocolate caliente, frutas frescas o una bola de helado de vainilla o nata. El contraste de temperaturas y texturas hará que el postre sea aún más irresistible. Además, puedes espolvorear un poco de cacao en polvo o azúcar glas por encima para darle un toque decorativo.
Conclusión

El coulant de chocolate blanco es un postre que combina sencillez y sofisticación, perfecto para cualquier ocasión. Su preparación es accesible para todos, y el resultado es un deleite para el paladar. Ya sea para una cena especial o simplemente para disfrutar en casa, este postre seguramente impresionará a todos. Así que no dudes en probar esta receta y dejarte llevar por la magia del chocolate blanco. ¡Buen provecho!
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