Risotto de pollo con vino blanco: receta sencilla y deliciosa

Risotto cremoso con pollo y perejil

El risotto de pollo con vino blanco es un plato que combina la cremosidad del arroz con la jugosidad del pollo, creando una experiencia culinaria reconfortante y llena de sabor. Este plato, originario de Italia, ha conquistado paladares en todo el mundo gracias a su versatilidad y facilidad de preparación. En este artículo, te guiaré a través de una receta sencilla que te permitirá disfrutar de un delicioso risotto en la comodidad de tu hogar.

La clave para un buen risotto radica en la elección de los ingredientes y en la técnica de cocción. A diferencia de otros tipos de arroz, el arroz para risotto tiene un alto contenido de almidón, lo que le otorga esa textura cremosa que tanto amamos. Además, el vino blanco no solo aporta un sabor único, sino que también ayuda a realzar los demás ingredientes. Así que, ¡manos a la obra!

Índice
  1. Ingredientes necesarios
  2. Preparación del caldo de pollo
  3. Cocción del pollo
  4. Sofrito de cebolla y ajo
  5. Incorporación del arroz
  6. La cocción del risotto
  7. Finalizando el risotto
  8. Servir y disfrutar
  9. Conclusión

Ingredientes necesarios

Mesa rústica llena de ingredientes frescos

Para preparar un delicioso risotto de pollo con vino blanco, necesitarás los siguientes ingredientes:

  • 300 gramos de arroz para risotto (preferiblemente Arborio o Carnaroli)
  • 600 ml de caldo de pollo
  • 2 muslos de pollo deshuesados
  • 1 cebolla mediana
  • 2 dientes de ajo
  • 150 ml de vino blanco
  • 50 gramos de queso Parmesano rallado
  • 30 gramos de mantequilla
  • Una pizca de azafrán (opcional)
  • Aceite de oliva
  • Sal al gusto

Estos ingredientes son bastante accesibles y, en su mayoría, es probable que ya los tengas en tu cocina. La elección del vino blanco es importante; opta por uno que te guste beber, ya que su sabor se concentrará en el risotto.

Preparación del caldo de pollo

Antes de comenzar con la cocción del risotto de pollo con vino blanco, es fundamental tener un buen caldo de pollo. Puedes hacerlo en casa o utilizar uno envasado, pero te recomiendo que, si tienes tiempo, prepares el caldo casero. Para ello, hierve los huesos de pollo junto con cebolla, zanahoria, apio y especias en agua durante al menos una hora. Esto le dará un sabor profundo y rico a tu risotto.

Una vez que tengas el caldo listo, mantenlo caliente en una olla a fuego bajo. Esto es crucial, ya que agregar caldo frío al arroz puede interrumpir el proceso de cocción y afectar la textura final del plato.

Cocción del pollo

En una sartén grande, calienta un chorro de aceite de oliva a fuego medio. Agrega los muslos de pollo deshuesados y salpimienta al gusto. Cocina el pollo durante unos 5-7 minutos por cada lado, o hasta que esté dorado y cocido por completo. Una vez listo, retíralo de la sartén y déjalo reposar. Luego, córtalo en trozos pequeños y resérvalo para más adelante.

Este paso es esencial, ya que el pollo no solo aportará sabor al risotto, sino que también se convertirá en una deliciosa fuente de proteína que complementará la cremosidad del arroz.

Sofrito de cebolla y ajo

Risotto cremoso cocinado con ingredientes frescos

En la misma sartén donde cocinaste el pollo, agrega un poco más de aceite de oliva si es necesario y baja el fuego. Incorpora la cebolla picada finamente y los dientes de ajo, también picados. Sofríe a fuego lento durante unos minutos, hasta que la cebolla esté transparente y fragante. Este sofrito es la base del sabor en tu risotto de pollo con vino blanco, así que no te saltes este paso.

Es importante no apresurar este proceso; un buen sofrito le dará profundidad al plato. Si deseas, puedes añadir una pizca de sal para ayudar a liberar los jugos de la cebolla y el ajo.

Incorporación del arroz

Una vez que tu sofrito esté listo, es hora de añadir el arroz para risotto. Remueve bien para que cada grano se impregne de los sabores del sofrito. Cocina el arroz durante unos 2-3 minutos, revolviendo constantemente. Este proceso se llama "tostar" el arroz y ayuda a que los granos mantengan su forma durante la cocción.

Después de tostar el arroz, vierte el vino blanco en la sartén. Deja que el alcohol se evapore mientras sigues removiendo. Este paso es crucial, ya que el vino aportará un sabor ácido que equilibrará la cremosidad del risotto.

La cocción del risotto

Ahora viene la parte más importante: la cocción del risotto de pollo con vino blanco. Comienza a añadir el caldo de pollo caliente, un cucharón a la vez, al arroz. Revuelve constantemente y espera a que el líquido se absorba antes de añadir más caldo. Este proceso puede tardar entre 18 y 20 minutos, y es fundamental para lograr la textura melosa que caracteriza al risotto.

A medida que el arroz se cocina, liberarás almidón, lo que contribuirá a la cremosidad del plato. Si decides usar azafrán, este es el momento de añadirlo, disolviéndolo en un poco de caldo caliente antes de incorporarlo al arroz.

Finalizando el risotto

Cuando el arroz esté al dente y haya absorbido la mayor parte del caldo, es el momento de añadir el pollo que reservaste anteriormente. Mezcla bien para integrar todos los ingredientes. Luego, retira la sartén del fuego y añade la mantequilla y el queso Parmesano rallado. Revuelve nuevamente hasta que la mantequilla se derrita y el queso se incorpore, creando una textura aún más cremosa.

Prueba y ajusta la sal si es necesario. Recuerda que el queso Parmesano ya aporta salinidad, así que ten cuidado de no excederte.

Servir y disfrutar

El risotto de pollo con vino blanco se sirve mejor de inmediato, ya que es un plato que se disfruta en su punto óptimo de cremosidad. Puedes decorarlo con un poco de queso Parmesano adicional y, si lo deseas, unas hojas de perejil fresco para darle un toque de color.

Acompaña tu risotto con una copa del mismo vino blanco que utilizaste en la cocción. Esto no solo realzará los sabores del plato, sino que también hará que la experiencia sea aún más placentera.

Conclusión

Risotto cremoso con pollo y guisantes

El risotto de pollo con vino blanco es una receta sencilla y deliciosa que te permitirá disfrutar de un plato reconfortante en cualquier ocasión. Con ingredientes accesibles y una técnica de cocción que resalta los sabores, este risotto es perfecto para una cena familiar o una comida especial. No dudes en experimentar con otros ingredientes, como verduras o hierbas, para personalizar tu risotto. ¡Buen provecho!

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